Por ley, el Estado peruano está obligado a garantizar el acceso a cannabis en los establecimientos de salud públicos y a financiar los tratamientos. Sin embargo, esto parece ser letra muerta.
[Foto: Capture Nuance de Getty Images]
Desde hace más de un año, Silvia Colachahua, madre de un niño de 7 años, lucha por conseguir un tratamiento efectivo para su hijo, que se mantiene postrado en una cama de hospital sufriendo convulsiones. Cansada de probar con fenobarbital y otros fármacos, que le han provocado más efectos adversos que beneficios a su hijo, Silvia decidió, por su cuenta, investigar más acerca de las propiedades de la cannabis. En declaraciones a Sativa Info, Silvia contó que, en las escasas noticias positivas sobre la cannabis en medios tradicionales, ella se enteró que el uso medicinal de esta planta estaba regulado en Perú y que había productos disponibles en algunos establecimientos farmacéuticos en Lima Metropolitana.
Luego de inscribir a su hijo Joel en el Registro Nacional de Pacientes Usuarios de Cannabis, Silvia le consultó a los médicos del Hospital Hipólito Unanue si podía usar algún producto hecho a base de esta planta. El neurólogo de este hospital aceptó que se le prescribiera cannabis, pero ningún médico o médica de dicho centro de salud público le dio alguna indicación más ni nada sobre una adecuada dosificación, ya que, como hemos explicado antes, los tratamientos con cannabinoides son personalizados.
Con la receta que le dieron en el hospital, Silvia salió desde su casa en Hauycán (Ate) y viajó más de tres horas hasta el distrito de San Miguel, donde está ubicada la farmacia institucional de DIGEMID. Allí compró el único producto que estaba disponible en ese momento: un frasco de 10 ml con extracto estandarizado con aproximadamente 5% del anticonvulsivante cannabidiol (CBD).
Sin ninguna guía médica especializada en cannabis, Silvia empezó a darle dosis de 5 gotas por la mañana y noche a su menor hijo. Poco a poco, fue aumentando la dosis hasta llegar al extremo de darle 1 frasco diario, lo que equivale a 180 gotas y una dosis diaria de 500mg de CBD.
"Mi hijo tiene que ser visto por un especialista que sepa sobre la cannabis, que sepa cómo se le puede dar, que me diga cuántas gotas. En el hospital, cuando ven que tiene una convulsión le aumentan y aumentan las dosis. Yo solo he comprado el CBD, pero sé que hay otros tipos de cannabis, yo solo compro el de Digemid, eso nada más le estoy dando a mi hijo", cuenta Silvia en declaraciones a Sativa Info.
Ante esta situación, que implicaba un gasto mensual de 1,500 soles, solo en cannabis, aproximadamente, Silvia salió en ATV para pedir ayuda económica para poder pagar el tratamiento en base a cannabis y para poder conseguir un tratamiento de un médico capacitado en medicina cannabinoide.
Al respecto, debemos señalar que, de acuerdo al Reglamento de la Ley 30681, el Estado peruano tiene la obligación de implementar "medidas para facilitar el acceso del cannabis para uso medicinal y sus derivados" a través de los establecimientos de salud públicos "para garantizar la atención de la demanda de pacientes registrados". Además, la ley peruana señala que se debe incluir a las prescripciones médicas para el uso de cannabis y sus derivados en las "prestaciones financiadas por el Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS) y sus planes complementarios".
El diagnóstico del hijo de Silvia Colachahua es epilepsia estructural y cualquier ayuda se la pueden hacer comunicándose a través de este número telefónico: 986833061.
Ante el pedido de ayuda de Silvia, el Dr. Max Alzamora, presidente de la Asociación Peruana de Medicina Cannabinoide (Apemedcann), ha ofrecido darle tratamiento médico a través del consultorio Canna Hope, que dirige junto a Francesca Brivio, presidenta de la ONG 'Cannabis Gotas de Esperanza'. El grupo de usuarios de cannabis 'Marihuanamigos Perú' también ha ofrecido ayuda para este caso a través de productores locales.
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